Al momento de deshacernos de los kilos de más, dos estrategias muy usadas son la reducción de hidratos o de grasas en la dieta para disminuir el aporte energético. Mucho se ha dicho acerca de los resultados de una u otra en mayor medida, y ahora, un nuevo estudio compara la efectividad de las dietas bajas en hidratos y bajas en grasas para perder peso.
Sobre el estudio y sus conclusiones
Para evaluar cuál es el método con mayor efectividad y mejores resultados, se realizó el análisis de diferentes estudios al respecto que tuvieron un seguimiento de 8 semanas o mas y cuyas dietas low carb incluyeron 120 gramos o menos de hidratos al día o cuyas dietas low fat aportaban este nutriente en cantidades iguales o inferiores al 30% de las calorías diarias.
Con estos criterios se analizaron 17 ensayos diferentes, con más de 1700 personas en total, y se llegó a la conclusión de que si bien ambas alternativas favorecen el adelgazamiento, es la dieta baja en hidratos la que mayor pérdida de peso produce y también, la que mayor efectividad demostró para reducir el riesgo cardiovascular.
Así, los investigadores señalan que serían necesarias más evaluaciones sobre el tema pero que las dietas low carb o bajas en hidratos deberían considerarse como una buena alternativa al momento de tratar el sobrepeso y la obesidad.

Para pensar
Además de la efectividad de las diferentes dietas al momento de perder peso y cuidar la salud cardiovascular, siempre es importante pensar un poco más allá de los efectos agudos o producidos a corto plazo de ambas alternativas.
Es decir, si bien es importante saber que las dietas bajas en hidratos resultan más efectivas para adelgazar y reducir el riesgo cardiovascular, también deberíamos evaluar la adherencia a cada una de ellas, o lo que es igual, las tasas de abandono de las mismas, así como los efectos secundarios y los resultados de su práctica a largo plazo.
Os dejo estos factores para pensar, simplemente porque por nuestra cultura, suele ser mucho más complejo llevar a cabo una dieta baja en hidratos, sobre todo de las características de las incluidas en el estudio cuya proporción de hidratos era igual o inferior a los 120 gramos diarios (muy reducida), que una dieta baja en grasas.
Entonces, hay que considerar que podemos beneficiarnos aun reduciendo en menor medida la proporción de hidratos de carbono, y que con una presencia menor pero no tan pobre en la dieta diaria quizá podemos lograr un plan de adelgazamiento más llevadero, con menores efectos secundarios y con mejores resultados a largo plazo.
Siempre hay que ver más allá de los resultados concretos y a corto plazo, pues el camino para llegar a ello importa así como los meses posteriores al mismo, es decir, el mantenimiento o posible recuperación del peso perdido después.
Vía | Sackner-Bernstein J, Kanter D, Kaul S (2015) Dietary Intervention for Overweight and Obese Adults: Comparison of Low-Carbohydrate and Low-Fat Diets. A Meta-Analysis. PLoS ONE 10(10): e0139817. doi:10.1371/journal.pone.0139817
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Usuario desactivado
En estos casos hay que diferenciar entre dietas y tratamientos. Entendiendo por dieta lo que una persona realiza para perder una cantidad de kilos determinada, conseguir objetivos puntuales como entrar en un traje de bodas, o una preparación física para una actividad deportiva o profesional. En estos casos, se pueden permitir algunas prácticas que mantenidas a largo plazo pudieran ser perjudiciales o poco adherentes, pero que no tienen apenas relevancia cuando se hacen por un tiempo hasta conseguir el objetivo.
Sin embargo, otra historia muy diferente es cuando hablamos de obesidad, y de una tarea que no sólo consiste en llegar a un objetivo de peso determinado, sino mantenerlo en el tiempo. Es ahí donde la evidencia dice que la mejor dieta es aquella que incluye todos los grupos nutricionales, pero de forma equilibrada, unido por supuesto al deporte de forma regular, y donde no se deben permitir prácticas que luego, una vez conseguido el objetivo, no se puedan mantener, ya que sería cuestión únicamente de tiempo recuperar el peso perdido.
Yo esto es lo que estoy haciendo, llevo perdidos más de 30 kilos en cuatro meses y medio, y la semana pasada me dieron los resultados de la analítica, y me llevé la felicitación de mi médico, había clavado los parámetros,únicamente tenía un asterisco en el ácido úrico, pero me explicó que era por la pérdida de peso, pero que la densidad de la orina era normal y por tanto, en cuanto mi peso se estabilice, se debe corregir. No he pasado hambre ni un solo día, como de forma saludable y abundante, pero de aquellos productos que tengo permitidos en mi alimentación y siendo extricto en aquellos que no puedo comer.
Ángel Gardachal
Buenas ^^ como indicas habria que ver las tasas de abandono, diferenciar entre perder peso y grasa, consecuencias a medio y largo plazo con el cese de dieta, continuar el seguimiento de los sujetos tras finalizar la dieta comparando entre un cese brusco de la misma y una dieta inversa recuperando paulatinamente el aporte calórico...
Hasta donde yo se, cuando el aporte proteico es el adecuado para mantener la masa magra y el deficit no es una salvajada, el tener mas o menos altos los hidratos o las grasas, es indiferente.
¿Como lo ves?
Un saludo!